lunes, 11 de mayo de 2009

Tema cuatro: actividades

1) A) ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “nivel educativo”? El nivel educativo en España ¿está subiendo o bajando en los últimos años?

Al hablar de nivel educativo hablamos del nivel de conocimiento que posee una persona o grupo determinado.

Para valorar el nivel educativo se tiene en cuenta el nivel de conocimiento que se posee en la diferentes áreas del conocimiento tal y como son matemáticas, estadística, lengua, literatura, geografía, historia, física, química, filosofía, música, educación física, sociales, idiomas, ciencias ambientales...

Normalmente tendemos a valorar el nivel educativo que posee una ciudad, comunidad o país y a comprar el resultado obtenido entre ellas.

También tendemos a estudiar la evolución histórica que ha tenido el nivel educativo en una misma ciudad, comunidad o país.

Con respecto a España debemos de decir que su nivel educativo ha evolucionado considerablemente. En los últimos cien años el nivel educativo de los españoles ha aumentado de forma progresiva.

Dicho aumento podemos apreciarlo cualitativamente si prestamos atención al estudio realizado por la Fundación BBVA titulado "Actividad y territorio. Un siglo de cambios". Este afirma que hace un siglo, en el año 1900, el índice de analfabetismo era del 63,8 por ciento, mientras que en 2001, ese porcentaje era del 2,4 por ciento. Es decir el índice de analfabetismo en España se ha reducido un 61,4 por ciento en un siglo.

Cuantitativamente podemos percibirlo si nos fijamos en que la generación de nuestros abuelos, la mayoría de ellos, los conocimientos, académicamente hablando, más complejos que poseen es saber leer, escribir y realizar las operaciones aritméticas básicas.

Sin embargo la generación de nuestros padres tienden a poseer unos estudios superiores a estos sin llevar a ser titulaciones universitarias en la mayoría de los casos.

En cambio en nuestra generación, la nueva generación, la mayoría poseemos estudios universitarios. Vemos ahí la evolución histórica del nivel educativo en nuestro país.

Dicho dato es muy positivo, no obstante si comparamos el nivel educativo español con el de los países desarrollados podemos ver como estamos muy por debajo de la media del nivel educativo de estos. Podemos apreciarlo en la siguiente tabla expuesta en el informe PISA 2003:







B) En base a la lectura del siguiente artículo:¿Qué información aporta este documento a las conclusiones que previamente habíais trabajado? ¿Cambia en algo vuestra percepción previa sobre el “nivel educativo”? ¿En qué sentido?

Artículo “Los niños son más listos que nunca”, Vicente Verdú. EL PAÍS 26/01/2006, p. 34

Todos los padres lo saben: los niños de ahora son más listos que los de antes. La propia ciencia lo avala: hace veinte años los diferentes tests de inteligencia registraban para el alumno común un resultado en torno a los 100 puntos pero actualmente son casi 120. En menos de dos décadas se ha ganado una quinta parte de inteligencia. ¿Continuaremos pues afirmando que la especie se degrada, que la sociedad se empobrece, y que el saber va de mal en peor? Los niños resultan ser más inteligentes porque crecen en un entorno más diverso y repleto que les enriquece tanto como les exige hacerse más sabios. Las intrigas de los telefilmes o los videojuegos actualmente multiplican al menos por tres el grado de complejidad que veíamos, hace treinta años, en las series de TVE. Frente al repetido diagnóstico de los adultos empeñados en descalificar a los adolescentes porque no leen, se opone la evidencia de que el conocimiento no se obtiene ya en las profundidades de la cultura escrita sino en las superficies del plano audiovisual. Este medio, expresado en pantallas, impactos y golpes de vista, posee una condición sustantivamente distinta. Ante el libro es indispensable aplicarse: saber esforzarse porque este saber y el esfuerzo de saber forman una hipóstasis práctica y moral erigida en virtud esencial.

Sartre hacía ver en Qué es la literatura la materia inerte que constituyen de hecho los negros renglones de un libro. La página se abre y sólo vemos un enjambre de garabatos en fila. Este objeto venerado por la cultura culta carece de colores, sonidos o sugestiones simbólicas, prescinde de evocaciones gráficas y de música ambiental. Es la escritura por sí misma: el conocimiento oculto bajo el grabado abstruso. Para dar vida a ese ornamento de tinta seca es necesario inyectarle nuestra atención mental y emocional, vivificarlo con nuestra vida. Los celos, los odios, el amor de una novela son nuestras propias emociones trasfundidas sobre la letra muerta. “La letra con sangre entra”. Y, al revés: la sangre en la letra entra.

Este sistema de conocimiento, unido a la atención intensiva, ha sido desplazado gradualmente por el conocimiento y la experiencia extensivas. Se aprende ahora no tanto por la profundidad de la lectura como de la superficialidad de la vista, el olfato y el oído. Se aprende panorámicamente, abigarradamente, y no polarizadamente. Así, al igual que el mundo, en general, tiende al trabajo en red, el saber se hace un tapiz tramado en las pantallas, los viajes, los nexos múltiples. Lo superficial fue indisolublemente asociado a lo trivial y lo profundo a lo importante. Lo relevante, sin embargo, ahora es el saber extensivo, múltiple, en superficie y los posibles planes de estudio deberían tenerlo en cuenta. Hasta hace poco, podíamos decir que todo el saber se hallaba encerrado en los libros. Ahora, todo el saber que de verdad importa se encuentra en las pantallas y sus metáforas. Los adultos formados en los libros no podemos llegar a saberlo bien. No podemos llegar bien a ese saber. De hecho, cada vez mayor número de empresas de nueva planta se basan en encuestas dirigidas a adolescentes para orientar sus producciones.

Desde luego, las firmas de videojuegos emplean niños como beta-testers o probadores, a pesar de que la media de edad de sus usuarios se encuentra en los 32 años y no cesa de crecer. Pero, como señala Infonomía, “¿quién mejor que ellos para mejorar un juego visual, teniendo en cuenta cómo han desarrollado la parte del cerebro que procesa las imágenes? Incluso otro tipo de empresas, como la suiza Brainstore, usa a niños y adolescentes para responder a los retos de grandes multinacionales considerándolos a ellos los únicos capaces de revelar ideas radicalmente nuevas. ¿Se podrá, en consecuencia, seguir sorteando la realidad de una mutación en la cultura? ¿Podrá detenerse la insistencia en los contenidos y virtudes de la educación tradicional? ¿Será esperable, en fin, no agravar más el descrédito de la escuela y, de paso, la indolencia del alumno y la pandémica depresión del profesorado?

Al leer este artículo hemos percibido una información clara, el conocimiento de la generación actual es diferente al de las últimas generaciones.

Por ello además de afirmar que el nivel educativo español actual es mayor al anterior, tal y como ya hemos visto en el apartado anterior, diremos que este es diferente, las personas adultas poseen un mayor desarrollo en unas capacidades y las persona jóvenes en otras.

Por ejemplo las personas mayores han desarrollado más la imaginación ya que los juegos eran menos complejos y tenían que acudir a esta para divertirse, sin embargo los jóvenes tenemos más desarrollada la capacidad de manejar aparatos tecnológicos ya que anteriormente no existían ni en el número ni en la complejidad en la que existen actualmente.




2) Diagnostica tu propio estilo de aprendizaje. Para ello debes completar el cuestionario en papel que hemos proporcionado en clase. Se trata del cuestionario de estilos de aprendizaje (CHAEA) elaborado por Catalina M. Alonso, Domingo J. Gallego y Peter Honey. También puedes acceder al mismo en Internet en este enlace: http://www.estilosdeaprendizaje.es/menuprinc2.htm y cumplimentarlo on-line. Una vez elaborado individualmente, dibuja una gráfica representativa y reconoce tu propio perfil, teniendo en cuenta que cada uno de nosotros generalmente desarrolla más alguno de los estilos. Interpreta los resultados, formulando las consecuencias prácticas para afrontar próximos aprendizajes.



Mis estilos de aprendizaje protagonistas son, al mismo nivel, el reflexivo y el teórico.

Con respecto al estilo de aprendizaje reflexivo diremos que las personas que lo desarrollan tienden a caracterizarse por ser ponderadas, concienzudas, receptivas, analíticas y exhaustivas.

En base a los bloqueos de este estilo de aprendizaje mencionaremos los siguientes: escasa planificación, preferencia cambio de actividad, resistencia a escucha analítica, resistencia a expresión escrita Inclinación por la acción e inclinación por la acción.

Por último citaremos las mejoras del mismo: investigar diversas fuentes, reflexión cotidiana, revisión de acontecimientos, observación, plasmar ideas por escrito y elaborar argumentos.


Centrándonos en el estilo de aprendizaje teórico diremos que las personas que lo desarrollan tienden a caracterizarse por ser metódicas, lógicas, objetivas, críticas y estructuradas.

Con respecto a los bloqueos del mismo vamos a numerar los siguientes: dejarse llevar por primera impresión, preferir intuición y subjetividad, desagrado ante enfoques estructurados, inclinación la espontaneidad y el riesgo.

Para culminar esta actividad citaremos las mejoras de estilo de aprendizaje, estas son: practicar la lectura y el resumen propio, detectar incoherencias de los argumentos, analizar situaciones complejas, resumir teorías, inventar métodos de resolución de problemas y aprender a cuestionar.

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